lunes, 23 de junio de 2008

Un poco de nostalgia... la Family Game y el Battle City

Luego de leer la publicación recomendada de Nicolás Badano sobre el video juego Spore ("Jugando a la Evolución... Para jugar a ser Dios!"), donde habla sobre el último título del creador del SimCity y plantea el control creativo que el jugador (usuario) tiene sobre varios aspectos del juego (personaje, entorno, herramientas, etc.). Me quede pensando en este tipo de juegos e hice una genealogía remontándome al primer videojuego que se presentó en mi vida y me hizo sentir que no sólo era un simple usuario sino que también podía cumplir un cierto rol de "programador" al brindarme la posibilidad de desarrollar mis propios niveles... estoy haciendo referencia al nostálgico "Battle City".

Allá por 1985, salia al mercado un juego que marcó la infancia de todos aquellos que pasamos tardes enteras frente a la entrañada "Family Game", acompañados de amigos, hermanos, padres y tíos... si si... estoy recordando a mi padre totalmente enviciado diciéndonos (a mi hermano y a mi) que estaba "probando los juegos" para después enseñarnos.
El Battle City, es un juego muy simple, es decir, consiste en movernos en un tanque perteneciente al "grupo Águila" y enfrentarnos a nuestros enemigos: el "grupo Fénix", con el objetivo de destruir los 20 tanques del adversatio antes de que destruyan la insignia que debemos proteger (el Águila que obviamente proviene de Yankeelandia). Además, en cada nivel podemos hallar algunos poderes que nos permiten explotar a todos los tanques enemigos, derribar los bloques de acero, ser invulnerables a los ataques enemigos, congelar a los tanques adversarios y más.

El juego consta de 35 niveles donde tenemos obstáculos y bloques de diversos materiales. Finalmente, consta con una característica innovadora en su momento y que atañe a este posteo, el Battle City brinda la posibilidad de realizar nuestros propios Stages en el modo Construction. ¡¡¡Quién se podía resistir a hacer sus propias pantallas!!! Tenías la posibilidad, mediante las operaciones de selección y combinación, de incluir el número de tanques de tu equipo y bloques de los diferentes materiales: acero (era indestructible a excepción de que hallas adquirido el poder que por un tiempo te permitía hacerlo), hielo (los tanques se resbalaban y era complicado controlarlos), bosques (si pasabas por ellos te podías ocultar de tus enemigos... pero tu enemigos podían hacer los mismo con nosotros), ladrillos (elemento más sencillo, se rompía con solo un disparo), agua (impedía el paso de cualquier tanque), etc. De esta manera, cada usuario podía diseñar su propio nivel, viéndose tentado por la posibilidad de rodear su águila bajo un escudo protector de acero que impidiera el ataque enemigo, cruzando un arroyo de extremo a extremo de la pantalla para que el equipo contrario no puediera aproximarse a nosotros, formando nuestro propio nombre empleando diversos elementos (sentías una apropiación plena del juego viendo, en mi caso, "Anto" escrito con acero y bosques, jeje).
En resumen, el Batlle city, al menos para mi, representa mi primer experiencia en la nueva lógica de la cultura del ordenador, donde creaba mis niveles en base a fragmentos que ya estaban hechos, donde la posibilidad de creación se vió sustituída por la selección a partir de un menú sumamente finito de opciones predefinidas.

1 comentario:

María Eugenia Del Zotto dijo...

Aunque no soy fan de los videojuegos, cosa que le atribuyo a mi falta de paciencia, sí me acuerdo de la Family Game. Esas eran buenas épocas, me acuerdo de Mario Bros, el juego de los Looney Tunes y el del tipito vestido con un taparrabos que no me acuerdo del nombre, pero sí de la música. Cada vez que con mis hermanas nos disponíamos a jugar a este último venía mi papá y con la excusa de "probar a ver hasta qué nivel llego", se adueñaba del aparato y nosotras nos teníamos que disponer a jugar a otra cosa... Me acordé de ésta anécdota cuando leí tu experiencia familiar con la Family...
Saludos!!!!
GGss